12. Pistas
El hombre seguía dándole vueltas al caso. Había una pieza en el escenario del crimen que no acababa de encajar. A pesar de que las pistas desde el primer momento habían sido claras, algo en aquel galimatías no concordaba y su mente sagaz, acostumbrada por la experiencia de años, le decía que tenía que encontrar un elemento que no había tenido en cuenta.
Volvió a repasar mentalmente todas las pistas e intentó recordar una frase inconexa que andaba rondándole por la cabeza, algo de lo que había oído durante la investigación que le sirviera para montar aquel puzle.
De repente lo vio claro. Suspiró, se sirvió un nuevo trago de brandy y miró a su familia seguro de que no había otro lugar en el mundo donde quisiera estar.
-Ha sido la señorita Amapola en la biblioteca -dijo con voz de ceremonia.
Había vuelto a ganarles el juego.
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